Imagen | Nimil Viaja.
Cerca de Elche (Alicante) existe un montículo que los árabes llamaron Alcudia, y fue en el donde se encontró la Dama de Elche. Ésta se trata de una obra única que fue tallada a mano en piedra caliza entre los siglos V y IV a.C.
El 4 de agosto de 1.897, en las cercanías de la ciudad de Elche, fue descubierta La Dama de Elche, una magnífica pieza, considerada como la obra cumbre de la escultura ibérica. La talla se encontró al sur de Elche, a unos dos kilómetros, en una finca denominada La Alcudia, en la partida rural de Alzabares Bajo. Precisamente la etimología árabe del nombre del yacimiento, La Alcudia, significa loma, otero, colina, altozano…
Encontrada por unos trabajadores que estaban arreglando unos bancalitos para plantar granados, la Dama de Elche fue llevada a la casa del dueño de la finca, el doctor Campello.
Enseguida empezó a divulgarse el rumor del hallazgo. Como anécdota, los ilicitanos, sin haberla visto, comenzaron a hablar a ciegas de ella y la bautizaron como “La Reina Mora”, ya que la atribuían a la época de los árabes, de la que quedaban numerosos restos en la ciudad. Según la mente popular, debía de ser una reina por sus lujosas joyas, y así fue conocida.
Un investigador, Pedro Ibarra Ruiz, comenzó a fotografiarla y a estudiarla. Tomó sus medidas, la dibujó y elaboró una primera descripción. Enseguida envió cartas a los científicos más prestigiosos de los museos de España y Europa para darles a conocer la pieza. El 18 de agosto de 1.897, catorce días después del descubrimiento, la pieza fue vendida por el Doctor Campello al arqueólogo galo Pierre Paris por 4.000 francos (unas 5.200 pesetas de aquella época).
La cabeza se instaló en el Museo del Louvre a finales de ese mismo año, concretamente en la Sala Apadana, en el Departamento de Antigüedades Orientales, y fue rebautizada como “Dama de Elche”. En París (Francia) se convirtió en una pieza estrella del museo y recibió cientos de miles de visitas hasta que fue trasladada por seguridad al Castillo de Montauban, cerca de Toulouse, con motivo de la II Guerra Mundial.
Las negociaciones entre los Gobiernos español y francés en 1.941 condujeron a un importante intercambio de obras de arte y por fin la “Dama de Elche” volvió a España. La pieza se instaló en un principio en el Museo del Prado (Madrid), para ser trasladada en 1.971 a su ubicación actual: El Museo Arqueológico Nacional (Madrid).
La famosa Dama regresó a Elche por primera vez en 1.965 con motivo de la celebración del VII Centenario del Misteri, pero tan sólo permaneció 14 días en tierras ilicitanas. Después, en 2.006, gracias a una cesión del Museo Arqueológico y de Historia de Elche.
Actualmente se exhibe en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid.
La estatua se encuentra vestida con tres prendas: una fina túnica, sobre ella un vestido y por encima de todo un manto de tela gruesa. La celebridad de la misma se debe a la gran cantidad de información que trasmite a través de sus atavíos (rodetes, collares, fíbulas, abalorios y diadema), manifestando que se trata de una cultura material ibera bastante más desarrollada. Además, la técnica expresiva aplicada a la escultura es, según los expertos en arte antiguo, perfecta.
Fuente | Publispain.
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